III Introducción Grados de oración


 Oración Tercera 

Los Grados de Oración.

1.            Titulo Oración:  “Buenos hortelanos”

2.            Hoy con esta oración responderemos a la pregunta:

¿Cuál es la función del hortelano en este camino de oración?

3.            Introducción desde el Carisma:

Continuamos con nuestra tarea de hacer camino de oración en la escuela de Santa Teresa de Jesús, Fundadora del Carmelo Descalzo.  En este proceso del cuidado de este huerto que es el alma, una condición necesaria es preparar esta tierra para comenzar oración, lo dirá Teresa, la Santa, nuestra Madre y a la que te invitamos acojas como madre, dirá: “hagamos de cuenta que está ya hecho esto cuando se determina a tener oración un alma”, es decir que ya el terreno está limpio, está preparado, y “lo ha comenzado a usar”.  Entonces aquí comienza nuestra tarea, y es:-“con la ayuda de Dios hemos de procurar, como buenos hortelanos”, debemos hacer todo lo posible porque “crezcan estas plantas”, “tener cuidado de regarlas para que no se pierdan”, “sino que venga a echar flores que den de si gran olor”.

Santa Teresa de Jesús, Libro de la Vida, cap. 11 n. 6: cf. V 11,6

4. Oración escrita y dirigida:


 ORACION Tercera sobre los grados de oración

Hoy con esta oración queremos entregarte una margarita, signo de la contemplación, cierra tus ojos y recíbela.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora te invito a rezar el avemaría, haciendo consciencia de lo que decimos.

Dios te salve María llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús, Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

Aquí estoy Señor, me dispongo de nuevo para estar contigo, sí Señor, tu cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza, tú preparas la tierra para el trigo, riegas los surcos, aplanas los terrenos (Sal 64), tú plantaste al hombre en el jardín del Edén para que lo labrase y cuidase (Gn. 2,8.15), me confías la gran tarea de ir a la viña a trabajar (Mt 21,28), me has elegido para dar fruto (Jn. 15,8-16), y quieres que ese fruto sea en mi vida duradero.

Señor Jesús, que al contemplar todo que haces por mi alma, pueda responderte con el cuidado de ella, recibo este oficio de hortelano, y me comprometo con todas mis fuerzas para que las flores y los frutos crezcan en mi vida.  Amén.

Canto: Yo soy la Vid verdadera y mi Padre el Viñador.

6. Compromiso del día:

Ya tienes un jardín o una planta, cuídalo diariamente, regándolo, abonándolo, y cada vez que lo hagas piensa que es tu alma.

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